martes, 9 de abril de 2013

Poblado Ibérico - Puig Castellar



Localización: Poblado Ibérico de Puig Castellar, en el Parc de la Serralada de la Marina. Interior de Santa Coloma de Gramanet.


Desde que mi amiga Susana me hablo de este poblado, pasaron dos semanas hasta que pudimos visitarlo. Las últimas lluvias nos impidieron poder ir, pero los dioses consideraron oportuno que el Domingo 7 de Abril del 2013, saliera el sol, para disfrutar de una emocionante y mágica mañana. Desde la zona de parking hasta la entrada del asentamiento recorrimos unos 500 m de camino serpenteante contemplando las fabulosas vistas. En lo alto del monte se podía ver una de las casas del poblado (con el techo reconstruido) y una pequeña plataforma como mirador. Estaba encantado con ver y sentir los testimonios de piedra de una cultura como esta, ya que siempre he tenido la sensación de que no se le ha dado la importancia que se merece. Supongo que al ser nuestros “paisanos” más remotos y a la vez cercanos en la península, me acercan a ellos y se merece el mayor de mis respetos. No olvidemos que antes del Imperio Romano, los Iberos fueron una de las civilizaciones más importantes de Europa Occidental y además gran parte del ejercito de los Cartagineses comandados por Anibal, estaban integrados por guerreros iberos. Cuando llegamos a la entrada de la colina donde está asentado el poblado, el mural con la ilustración del mismo, presentaba dos impactos de piedras que desquebrajaba el cristal, con lo que algunos detalles del dibujo, no se podían apreciar. La verdad es que me dio un poco de rabia, pero conseguí encontrar otra recreación que se podrá ver a continuación.



El poblado ibérico de Puig Castellar está situado en una pequeña área del monte a unos 303 m de altura y su superficie total en conjunto es de entre 3000 a 5000 metros cuadrados. El sector central del yacimiento tiene forma ovalada con 100 m en su eje mayor y 50 m en su eje menor. La estructura urbanística se adapta a las características del terreno y las casas se erigen en terrazas que salvan el desnivel. La morfología y el urbanismo del asentamiento responden a las necesidades agropecuarias propias de la sociedad tribal layetana. Este tipo de poblado era muy frecuente en el conjunto de territorios  iberos y también podemos destacar como referencias importantes la ciudad de Laie o Laiez, ubicada en el monte de Montjuïc, y el poblado ibérico del Far. El poblado de Puig Castellar fue habitado desde el siglo VI a.c hasta la ocupación romana de la península, aunque algunos datos apuntan a que podría haberse abandonado antes.



Los layetanos eran un pueblo diestro en el uso de las armas. Su armamento era el utilizado por la cultura celta (grandes escudos, lanzas y espadas rectilíneas). Podían luchar de manera ordenada en formación y con armas pesadas, aunque también podían luchas en guerrillas y con armamento ligero. El carácter del guerrero ibero fue descrito por los griegos, quienes se fascinaron por unos soldados que se lanzaban al combate sin miedo alguno y que resistían sin retirarse aun perdiendo la batalla. Estos guerreros a los que se referían, eran mercenarios iberos reclutados por los griegos para sus propias batallas.



Los iberos eran la gran civilización de la edad de hierro de la Europa Occidental. Las sociedades ibéricas eran tribales. Los layetanos forman un importante grupo de tribus de la actual costa central catalana en que la aristocracia guerrera poseía el caudillaje político y el liderazgo social. Eran sociedades complejas estratificación social y especializaciones. Caudillos, artesanos, soldados, campesinos, etc, etc. En el Puig Castellar se han encontrado restos de armas y otros elementos de prestigio pertenecientes a la aristocracia guerrera. La  existencia de cráneos perforados hace pensar en leyes y castigos estrictos.



Los iberos conocían la metalurgia del bronce y del hierro. Disponían de la técnica y conocimientos suficientes para diseñar y construir una gran variedad de utensilios, herramientas y armas de hierro. Los layetanos practicaban la agricultura y la ganadería. Las cosechas más comunes eran el trigo, la viña y las oliveras, cultivos generalizados durante todo el periodo ibérico. La caza también pareció tener importancia, pero quizás más como una actividad social que económica. El jabalí era la pieza reina, aunque también se cazaban cérvidos y varias especies menores. 



Los iberos practicaban el comercio con sus pueblos vecinos y a través de la Mediterránea con otros pueblos lejanos. Productos exóticos principalmente púnicos, pero también griegos y romanos estaban presentes en los mercados ibéricos. En el Puig Castellar se han encontrado numerosos materiales de importación. Los iberos desarrollaron una escritura propia, sistemas de peso y métrica, y en sus últimos periodos encuñaron una moneda propia. Las técnicas constructivas utilizadas por los iberos eran similares a las utilizadas por toda la zona mediterránea: encofrado de tierra apisonada y bloques. A estos materiales se les añada bloques de piedra utilizando mortero de barro y cal. El techo se construía encima de vigas de madera con gruesas capas de barro mezclado con paja. En Puig Castellar los varios niveles hasta acceder al poblado, están reforzados con muros de piedra para evitar el desprendimiento de tierra y estaban compuestos generalmente por roca calcárea, granito y piedra pizarra de formas irregulares, algunas rectangulares y trapezoidales. Los bloques más grandes podían medir 73 cm x 37 cm y lo bloques medianos unos 24cm x 18 cm. Los accesos no son muy anchos, solo habilitado para el paso de personas en fila y el poblado dispondría de amurallamiento en todo su contorno, teniendo dos o tres accesos.



Las casas ibéricas eran confortables. El mobiliario era diverso y no faltaban objetos de lujo. Las excavaciones de Puig Castellar sacaron a la luz un impresionante morillo de hierro forjado el cual era utilizado para calentar el recinto y también utilizado para calentar alimentos. Las dimensiones de las casas en Puig Castellar eran comúnmente de 6 x 4 metros, aunque algunas de ellas (sobre todo en la parte central), median 8 x 4 metros y tenían un compartimento de 4 x 2 metros. Estas últimas eran las casas pertenecientes a la aristocracia y una de ellas, es la que tiene el techo reconstruido y en la que actualmente aun trabajan los arqueólogos. Los cereales y principalmente el trigo eran importantísimos en la dieta ibérica. Son principalmente los iberos de la costa catalana los que introducen hacia el siglo V a.c., una importante innovación tecnológica que hará más llevadero el durísimo proceso de moler cereales: se trata del molino rotatorio. Este invento se extendió rápidamente por toda la cuenca mediterránea. Las producciones artesanas ibéricas eran muy diversas. Se destacan las manofacturas de cerámicas y en el ámbito del hogar, las producciones textiles. La mayor parte de tejidos se elaboran de lana, aunque también se conoce el lino.



Muchos nos preguntaremos, incluso yo me lo preguntaba, pero rápido encontramos la lógica del porqué de construir el poblado en la cima de un monte? Y de hecho Puig Castellar no es el único, ya que todos los demás siguen el mismo patrón. No es porque a sus pobladores les guste caminar o hacer senderismo, es más una cuestión estratégica que otra cosa. Recordando uno de mis ejercicios en el servicio militar, en un simulacro, me toco posicionarme en uno de los extremos del radar (en uno de los picos del Cap de Creus) y tumbado en una roca en lo alto, podías divisar todos los flancos, izquierda, central y derecha. La superioridad que da la geografía del lugar en anticipación es fundamental para defenderse de cualquier agresión, aunque también dependerá de los efectivos con los que cuentes y las armas de asedio, pero es destacable, que el acceso al poblado no es nada fácil y si además estas inmerso en una lluvia de flechas o lanzas, aun peor. Para finalizar mi artículo, dejo un par de fotos de las vistas desde el poblado, situado entre el Valles y la plana del Barcelonés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario