jueves, 18 de abril de 2013

Museo Municipal Montcada i Reixac

Restos paleontológicos

Este cráneo fosilizado pertenece a un Acerorhinus Tetradactylum de talla media, de cuatro dedos y sin cuerno, hallado en Ca n’Albinyana, cerca de Montcada i Reixac. Es un rinoceronte de Clase: Mammalia, Orden: Perissodactyla, Suborden: Ceratomorpha, Superfamília: Rhinocerotoidea, Família: Rhinocerotidae, Subfamília: Aceratheriinae y Genero: Acerorhinus. Este animal vivió hace 14 millones de años y se extinguió hace unos 10 millones de años.



El género de este rinoceronte pertenece a la tribu de los aceraterinos que vivieron en África y Euroasia entre los periodos Oliogoceno y finales del Plioceno, entre los 33,9 millones de años y 3,5 millones de años. Se cree que los rinocerontes modernos se dispersaron por Asia a partir del Mioceno. Dos especies sobrevivieron a la glaciación más reciente y habitaron en Europa hace apenas 10.000 años.


El Rinoceronte lanudo (Coelodonta Antiquitatis) apareció en China hace 1 millón de años y llego a Europa hace unos 600.000 años junto con el Mamut Lanudo, los cuales sobrevivieron a la última glaciación y se hicieron numerosos en Euroasia, pero finalmente, la caza de estas especies por los primeros humanos aceleraron su extinción.



La industria de los íberos

Una de las industrias de los íberos como fue principalmente la agricultura, tuvo un impulso productivo bastante significativo con la invención del molino giratorio, el cual fue exportado a diferentes lugares y territorios. El primer paso para la elaboración de la harina es la recolecta del cereal. Este no tiene porque ser únicamente Trigo, sino que puede ser otros tipos de cereales e incluso pequeños frutos como, la bellota. El grano que se obtiene se mezclaba con piedra y paja, con lo cual se tamizaba y posteriormente se separaba el salvado. Moler el grano era el proceso principal y en los poblados ibéricos proliferaban los molinos de mano (de tradición neolítica) conocidos también como barquiformes. Consistía en la disposición de dos piedras planas, donde el grano se situaba entre las dos piedras y se obtenía la harina por la fricción de las piedras.


Pero, el invento revolucionario para mejorar el proceso productivo de los íberos fue sin duda el molino giratorio. Se componían de dos piedras circulares, una sobre la otra. La piedra inferior tenia forma ligeramente cónica y permanecía fija al suelo. La piedra superior se acoplaba encima y tenía un orificio por donde se vertía el grano y quedaba molido al hacer girar la piedra superior. El grano molido salía por un pequeño canal de recepción que rodeaba el molino.

Les Maleses

Se trata de un poblado ibérico situado a 462 metros de altura con una buena visibilidad de todo el Vallés, parte del Barcelonés y parte del Maresme, lo cual permitía un excelente control de los territorios y sus vías de acceso (ríos y torrentes). Las últimas intervenciones arqueológicas nos llevan a pensar que en la parte más alta del cerro había una calle dirección Norte-Sur a partir de la cual, se articularían otras calles en dirección Este-Oeste.


Reconstrucción Casa Ibérica

Reproducción útiles del Paleolítico

Útiles del Neolítico procedentes del Turó de Montcada

Utensilios decorativos ibéricos

Herramientas agrícolas ibéricas

Cerámica Ibérica


Fitas   
        
Las fitas de términos o de propiedad generalmente de piedra, servían para delimitar las posesiones de terreno de una persona o de una comunidad. Por esta razón en la parte superior se representaba el escudo o anagrama del propietario. Su uso se remonta a la época romana donde se veneraba al dios Terminus. En el “Libri Vegonici” etrusco, se dictaban las normas para la delimitación de los campos y territorios de las ciudades, a la vez que también se daba la relación de castigos, para aquel que moviera cualquiera de estas fitas, para su propio beneficio.



En el término de Montcada i Reixac se encontraron tres fitas con los símbolos de la antigua Cartoja de la Commeria. Representan un león rampante protegido por un emblema eclesiástico y una cruz con un ciprés a cada lado. Su cronología es del siglo XII, XIV y XVII respectivamente.

Me gustaría agradecer desde aquí y públicamente a la directora del Museo, Mercedes Durán, por su amabilidad y su disposición al otorgarme la posibilidad de estar entre su lista de voluntarios para ayudar en sus trabajos de arqueología. Y finalizo este artículo con la firma de mi nombre y apellido en íbero.


2 comentarios:

  1. Muy buen articulo y muy interesante, nunca esta de más saber de nuestro pasado y de esos animales que una vez estuvieron y el hombre para variar extinguió....

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  2. Gracias por tu comentario verethragna87. De hecho, no hay que atribuirle al hombre la extinción de estos animales en su totalidad, ya que también existieron otros factores. La subsistencia de los primeros hombres estaba basada en la caza y la recolecta, y eso hace que se convierta en una prioridad para sus vidas, sin pensar en las consecuencias de la caza masiva. Sólo cuando conocieron lo productiva que era la agricultura y la ganadería se equilibraron las fuerzas, aunque también se seguía cazando, pero, en menor medida. Todo forma parte del proceso natural y descubrir como se configuro nuestra sociedad a través de las huellas y el legado del pasado, es fascinante. No sólo por el conocimiento que adquieres de la realidad de un pasado compulso, sino por sensibilizarte y tomar consciencia de formar parte de una humanidad imperfecta, pero luchadora e ingeniosa, que tropieza miles de veces con la misma piedra, pero que se levanta y sigue, hasta encontrar el momento preciso hacia el próximo salto evolutivo. Pero, para realizar este salto es preciso conocer nuestro pasado y tomar buena nota, ya que al igual que podemos conocer cosas malas, también hay muchas cosas buenas. Un saludo.

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