Zona-1 de Trabajo arqueológico.
Zona-2 de Trabajo arqueológico
Zona-3 de Trabajo arqueológico
Zona de Visita, en una de las galerías
Paso de 50 cm entre una galería a otra
Pero, ¿Qué sabemos de los “primeros mineros” o moradores cercanos a la mina?. No muy lejos de Gavà, en el término municipal, de Begues, se encuentra el yacimiento neolítico de la cueva de Can Sadurní, pero, seria atrevido afirmar que sus pobladores fueran los especializados mineros de las Minas de Gavà, por razones que veremos más adelante. Lo que sorprendentemente sabemos de los pobladores de Can Sadurní, es que fueron los primeros (al menos en la península ibérica) en elaborar cerveza. Los arqueólogos hallaron una especie de silos de cebada, molinos y un recipiente cerámico de gran tamaño (50 litros) con restos de cerveza. Se hallaron restos de maltado de cebada (cereal dominante en el registro arqueobotánico) y dos piezas de molienda y otros indicadores del producto fermentado en el interior de una jarra. Pero volviendo a la Minas de Gavà y para entender “quienes eran, los misteriosos mineros” empecemos por preguntarnos, el ¿Por qué de la mina?, ¿Qué les llevo a adentrarse en las profundidades de la tierra?.
Variscita, denominada en alguna ocasión como utahlita
Marcas de Pico y variscita fosfosiderita
Las Minas fueron explotadas principalmente para la obtención de Variscita, que es un mineral compuesto de fosfato de aluminio de color generalmente verde azulado y del que se tiene referencia que también se explotaba en Siria. A medida que se abrían unas cavidades con las obras mineras, se rellenaban otras anteriores con escombros de roca y tierra producidos por la obra. Con los escombros se aprovechaba para tirar utensilios rotos, fragmentos de cerámica, industria lítica, vestigios animales y vegetales, o materiales constructivos. También utilizaban parte de la mina como necrópolis, para enterrar a sus difuntos, acompañados de ofrendas. El color de la Variscita y su elaboración para ornamentos, collares y joyas, fue el principal motivo de explotación de la misma, por sus antiguos pobladores, además de sus posibles influencias “mágicas o telúricas”, como hipótesis deductiva de la arqueología cognitiva. En un principio y durante unos 200 años, esta comunidad se adscribe a la fase Neolítico antiguo postcardial, mientras que en el segundo momento, durante el que la explotación consigue el máximo desarrollo, se adscribe al Neolítico medio, en Cataluña representado por la denominada Cultura de los Sepulcros de Fosa.
ópalo
Las sociedades humanas que durante el Neolítico vivieron en las regiones mediterráneas no eran uniformes, por eso se han diferenciado distintas culturas arqueológicas. Pertenecen a las fases antiguas, entre otras, la llamada cultura de las “cuevas de Andalucía”, la “cardial o montserratina” del País Valenciano, Cataluña y el Sur de Francia, y la cultura de la “Cerámica Impresa” del norte y centro de Italia. En cambio, pertenecen a la fase media o final del Neolítico la cultura de “Almería”, la catalana de los “Sepulcros de Fosa”, la “chasséen” de Francia, la de los “Vasos de Boca Cuadrada” y la de “Lagozza” en Italia Septentrional, la de “Diana” en el centro y Sur de Italia y en Sicilia, y la de “Ozieri” en Sardenya.
Cerámica - Figura 1
Representación de horno para cocer cerámica
Gracias a los vestigios obtenidos en la Mina, utilizada como “vertedero”, se ha podido extraer información muy valiosa, para poder hacer una reproducción de todos los aspectos que rodeaban al asentamiento neolítico, tanto medioambientalmente, como socio-económico. Con las investigaciones de arqueobotánica se han podido analizar los diferentes pólenes carbonizados, para determinar la vegetación del lugar y contabilizas sus diferentes especies. El entorno próximo a las minas, no era homogéneo, confluían montaña, llanura y litoral marítimo, que según estudios arqueobotánicos, estaba cubierto por una vegetación variada que formaba un mosaico de comunidades, todas ellas propias del clima mediterráneo, como, bosques de encina, robles, ribera, maquia con pino carrasco, garrigas, pino blanco, oliveras, avellanos, viña silvestre y matorrales.
Cerámica - Figura 2
Reproducción de cabaña
Durante el Neolítico la producción de alimentos, es decir, la agricultura y la ganadería, se convierte en la base de la alimentación, sin que suponga el abandono en su totalidad de la caza o la recolección. Los rebaños estaban formados por ovejas, bueyes, cabras y cerdos, y se cultivaban diferentes tipos de cereales y legumbres. La agricultura solía ser de artiga, es decir, practicada en claros abiertos del bosque con ayuda del fuego, hasta que se agota el suelo. Posteriormente se abandonaba para abrir nuevos claros y dejar regenerar la vegetación espontánea en los viejos. Los estudios arqueobotánicos, paleontológico y arqueozoológicos nos muestran que las comunidades humanas que vivieron en Gavà cultivaban cereales, trigo y sobretodo cebada. Con la ayuda de molinos de piedra obtenían harina para elaborar pan u otros derivados. También criaban cabras, ovejas, bueyes y cerdos domésticos, con los que obtenían carne, además de cuero, leche, lana o fuerza de trabajo. En la Mina, se encontró un hueso de fémur de buey con marcas antrópicas, lo cual se ha descubierto, que fue descarnado con sílex. La agricultura y ganadería constituía la base de la alimentación, pero que era complementada con la cacería (conejos, aves, liebres, jabalí o ciervo), la pesca y la recolección (frutas, setas y castañas).
De Izquierda a Derecha: cráneo de cabra, cráneo de oveja, mandíbula de cerdo.
De izquierda a derecha: restos esqueléticos de conejo y fémur de buey con marcas de sílex.
En el Neolítico la cultura o equipamiento material era abundante y diverso (utensilios de piedra, sílex, hueso o madera, objetos ornamentales de piedra, hueso o concha, cerámica, cestos y tejidos). Son una novedad en esta etapa las hachas de piedra pulida, los molinos de piedra, las hoces de sílex tallado y las cerámicas. Respecto a la cerámica, se hacía a mano y entre las más antiguas se encuentran algunas decoradas con impresiones, incisiones o relieves, mientras que en el Neolítico más avanzado predominaban los acabados lisos. Los elementos de cultura material varían dependiendo del lugar y debían transmitir unos mensajes complejos, que combinan significados sociales, rituales y económicos. En las Minas de Gavà, a partir de los objetos recuperados, sabemos que la comunidad neolítica que la explotaron utilizaban diferentes tipos de utensilios y ornamentos, producidos con diversas materias y técnicas: cuchillos, Hoces de sílex y flechas con punta de sílex, pulidores, molinos, hachas, percutores y picos de roca como la arenisca, la cuarcita y la corneana, punzones y cinceles de hueso. Son abundantes los restos de recipientes de cerámica de diferentes tamaños, acabados lisos y a veces esmerados, raramente decorados con esgrafiados. También tejían con telares primitivos y elaboraban esteras y cestos. En la fabricación de collares de variscita usaban primitivos taladros de madera con punta de sílex como broca, para agujerear la piedra.
Herramientas de sílex
Flechas de punta de sílex
Hacha para tallar madera, con piedra pulida.
Hoz con piedra afilada de sílex como hoja.
Pulidor
Pico utilizado en la mina, para excavar en el Neolítico
Taladro de madera, con punta de sílex
La antropología física, aplicada al estudio de los restos esqueléticos de personas enterradas durante el Neolítico en las Minas de Gavà, una vez acabada su explotación, nos permite saber que las comunidades de mineros debían ser grupos familiares. A parte de una elevada mortalidad infantil, muy común en el pasado, la edad de la muerte entre ellas se sitúa mayoritariamente después de los 30 años y raramente llegaban a los 60. Sus vidas giraban en torno a la mina y su exposición diaria a la explotación minera, haría disminuir sus esperanzas de vida, provocándoles a veces enfermedades mortales o el desgaste prematuro de su salud. Los hombres adultos median unos 165 cm de altura y las mujeres 150 cm y es posible que esta sociedad, realizara los primeros intercambios de variscita con otras sociedades, ya que también se ha encontrado obsidiana importada de Cerdanya. Vivian en casas de barro y madera, y cocían la cerámica en hornos.
Restos óseos de Adulto
Restos óseos de mujer de 30 años
Restos óseos de mujer de 65 años con signos de artrosis
El arte, las sepulturas y, a veces, una arquitectura religiosa, constituyen las principales vías para acceder al simbolismo de las sociedades neolíticas. El arte era naturalista o abstracto, rupestre o mueble, ya sea grabado o pintado sobre piedra, hueso o recipientes de cerámica. Destacan las figuras antropomorfas, a menudo femeninas y vinculadas a cultos a la fecundidad. Poco frecuentes son los templos, como las edificaciones monumentales de piedra descubiertas en la isla de Malta. Para la sociedad minera neolítica “gavanense”, tanto los entierros como la variscita debían tener un significado religioso, además de social. Los entierros en el culto a los antepasados, y la variscita basado en la relación entre la naturaleza y el color verde de este mineral, una evocación al renacimiento. Las creencias no sólo aparecen reflejadas en las sepulturas, sino que también están presentes en objetos descubiertos fuera de estas. Este es el caso de la llamada “Venus de Gavà”, una figura de cerámica, encontrada incompleta y rota entre la colmatación de uno de los pozos mineros. Los cadáveres eran depositados en terminaciones de alguna galería, rodeado de abalorios, hachas y variscita, y la cavidad era sepultada por piedras. Antes de llevar el cadáver a la mina, se prendía fuego a una rama de olivera borde, como posible, ritual para purificar la estancia del difunto en la mina, antes de su viaje hacia el más allá.
Restos óseos en veta de la mina
Ejemplo de un enterramiento en la mina
La "Venus de Gavà"
Con el descubrimiento de las Minas de Gavà, es lógico deducir que los restos de las viviendas de la antigua sociedad minera, deberían estar cerca, pero, aun no se han encontrado. El hecho de utilizar la mina como “vertedero”, hace difícil localizar acumulaciones masivas de restos en estratos más superficiales, para delimitar, donde se asentaba el poblado o donde se hacían actividades de descuartizamiento, taller o establo, etc. Si añadimos el hecho de que las cabañas eran fabricadas de barro y madera, difícilmente podríamos encontrar estructuras de piedra, que nos de un punto de referencia (cosa que no sucede con la cultura Natufiense en palestína entre los milenios X-VIII a.c. donde sus cabañas eran circulares y de piedra adobada con barro). Pero en cualquier caso, seguro que las investigaciones continuaran y algún vestigio siempre nos podrá dar alguna sorpresa o pista, para seguir buscando. Y esto es lo que hace realmente apasionante, la tarea del arqueólogo y de todas sus disciplinas y trabajo en equipo.
Mesa de trabajo. "Gracias por vuestro fantástico trabajo"
Parc Arqueològic Mines de Gavà. c/Jaume I, 7 (08850 Gavà) - BARCELONA
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